Santiago, Chile – Un sentido general de anticipación se cierne sobre Chile, ya que la asamblea constituyente recién elegida del país será inaugurada el domingo.
La asamblea, compuesta por una amplia muestra representativa de la población diversa del país, tiene la tarea de redactar una nueva constitución que impulsará a la nación en las próximas décadas. Muchos llaman a esto un momento histórico; esta es la primera vez en la historia que Chile ha elegido a personas y les ha encomendado la redacción de una constitución.
Pero la asamblea refleja un país profundamente polarizado y los expertos dicen que quedan muchos desafíos por delante, incluida la necesidad de generar confianza entre votantes ideológicamente diversos.
“Siempre supimos que el escenario sería duro, incluso hostil. Pero esto es normal porque muchos asambleístas ven en el proceso constituyente el momento de saldar las deudas históricas de cada grupo que ha sido marginado”, dijo Cristóbal Bellolio, abogado y profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez, quien solicitó un cupo sin éxito. en el congreso
“Pero espero que cuando llegue el momento de llegar a acuerdos prevalezca la confianza entre los votantes”.
Nuevo sistema político
En las elecciones de mayo para elegir miembros de la Asamblea Constituyente, los conservadores ganaron solo 37 de 155 escaños, esencialmente privándolos de la capacidad de vetar el resultado de la nueva Carta Magna. El actual gobierno de derecha de Chile no cree en la necesidad de una nueva constitución, que reemplace a la actual, redactada en la década de 1980 bajo la dictadura de Augusto Pinochet.
Pero el statu quo ya no funciona para muchos de los aproximadamente 19 millones de ciudadanos de Chile, y un levantamiento social en octubre de 2019 obligó a las élites del país a aceptar un sistema diferente, lo que resultó en la formación de la asamblea constituyente.
Al menos el 77 de los electores electos, o alrededor del 50% del total, apoya políticas destinadas a acabar con el papel subsidiario del Estado y su modelo económico neoliberal, que ha marginado a las clases media y pobre durante décadas.
Estos votantes buscan fortalecer los derechos laborales y de las mujeres y abolir el sistema de pensiones. El actual sistema privado de pensiones, instaurado durante los años de Pinochet, obliga a los trabajadores a depositar sus ahorros para el retiro en cuentas individuales administradas por entidades privadas.
Los chilenos también están pidiendo a sus electores que presionen por el derecho a una buena salud pública y educación, igualdad de derechos para las mujeres, no discriminación para grupos minoritarios y regulaciones ambientales viables.
Pero Guillermo Larraín, economista y autor de La estabilidad del contrato social en Chile, dijo que la gente no debe esperar milagros. “Una nueva constitución cambiará estructuras, pero no necesariamente comportamientos. Al menos en el corto plazo, es difícil pensar que Chile se convertirá en el paraíso de la igualdad y la inclusión”, dijo Larraín a Al Jazeera.
“La tarea principal de la Asamblea Constituyente es definir un nuevo régimen político para Chile que mejore la representación de los ciudadanos y la gobernabilidad de quienes detentan el poder”, agregó.
Primeros pasos
Teniendo como telón de fondo la pandemia de coronavirus, los 155 electores se reunirán para su primera sesión el domingo bajo una carpa al aire libre instalada en los terrenos del antiguo edificio del Congreso Nacional en Santiago.
Sus seguidores los acompañarán a pie. Las autoridades gubernamentales han dicho que la policía no intervendrá si las protestas siguen siendo pacíficas.
Los mapuche, que suman cerca de dos millones en Chile, realizarán una ceremonia antes del inicio de la sesión en la cima del cerro de Huelen, donde los españoles fundaron Santiago, a 10 minutos a pie del antiguo recinto del Congreso Nacional.
También se colocarán pantallas grandes en varios lugares cerca del edificio del Congreso para permitir que las personas sigan el progreso de la sesión.
En su primer acto, los votantes elegirán un presidente y un vicepresidente y decidirán qué reglas permanecerán vigentes durante el período de un año de la convención. La asamblea completará su misión con un nuevo gobierno en el poder, con elecciones presidenciales previstas para noviembre.
Se espera que la nueva constitución sea sometida a referéndum en 2022.
Controversias, tensiones
Sin embargo, la semana previa a la sesión inaugural del domingo estuvo marcada por cierta controversia, ya que el gobierno del presidente saliente, Sebastián Piñera, se negó a considerar una solicitud de los pueblos indígenas, que tienen 17 escaños reservados en la asamblea, para hablar en su propio idioma. durante las reuniones.
El gobierno también dijo que no planeaba asistir a la ceremonia de apertura.
Si bien muchos votantes conservadores han expresado públicamente su deseo de diálogo, se han mantenido en silencio sobre la mayoría de los temas candentes, incluido lo que la izquierda llama presos políticos. Más de 11.300 personas fueron detenidas y 2.500 encarceladas durante el levantamiento social entre octubre de 2019 y marzo de 2020, según el Instituto de Derechos Humanos de Chile. El gobierno ha negado sistemáticamente que haya presos políticos en el país.
Los miembros conservadores de la asamblea también han tratado de poner cierta distancia entre ellos y el gobierno de Piñera, que es ampliamente impopular. Al Jazeera contactó a cinco votantes del ala conservadora, pero todos rechazaron la solicitud de entrevista.
Mientras tanto, algunos miembros de la Asamblea que se definen como “independientes no neutrales” -y que forman un gran bloque de centro-izquierda- aseguran que “no aceptarán órdenes de partidos políticos ni instrucciones de ningún gobierno, parlamentarios ni injerencias de ninguna presión”. “. colectivo que pretende instrumentalizar el proceso constituyente”.
Con una asamblea compuesta por miembros que defienden tal variedad de ideologías, será fundamental generar confianza no solo entre los votantes sino también con el pueblo chileno.
“Uno de los mayores retos de esta convención es aprender a trabajar juntos, a conocernos, a poder romper las barreras de la desconfianza y el miedo. Tienes que borrar la lógica de que si no estás conmigo, eres un traidor”, dijo Malucha Pinto, actriz y diputada independiente.
“Tenemos que entender que nos enfrentamos a algo completamente nuevo para lo que no tenemos la práctica. Es un desafío enorme y hermoso que también enfrentamos como país en el futuro.
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