SANTIAGO (AFP) – Camioneros chilenos levantaron los bloqueos que habían impuesto para protestar por el asesinato de un colega, luego de que el gobierno anunciara nuevas medidas de seguridad el sábado (12 de febrero).
Los camioneros han estado bloqueando carreteras y levantando barricadas desde un enfrentamiento el jueves en el que murió un colega cerca de la ciudad norteña de Antofagasta.
Durante la protesta, grandes maquinarias obstruyeron vías en el norte y centro de Chile, así como en las afueras de la capital Santiago.
En la ciudad portuaria norteña de Iquique, camiones bloquearon la carretera que conduce al aeropuerto, lo que obligó a cancelar todos los vuelos entrantes y salientes.
La policía dice que el camionero murió cuando tres venezolanos arrojaron piedras a su camión porque se negó a llevárselas.
Los tres presuntos atacantes han sido detenidos.
Para apaciguar a los conductores que protestan, el gobierno anunció el sábado nuevas medidas de lucha contra el crimen en el norte del país, permitiendo que los soldados ayuden a la policía y reforzando la vigilancia de las carreteras desde tierra y con aviones.
El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, anunció las medidas tras una reunión de cinco horas con un sindicato de camioneros. Dijo que entrarían en vigor el lunes.
La inmigración se ha convertido en un tema candente en Chile debido a las profundas dificultades económicas de Venezuela, de donde millones han huido en busca de una vida mejor, extendiéndose por toda América Latina.
En las ciudades y carreteras del norte de Chile, es común ver a familias de migrantes venezolanos acampando en lugares públicos y pidiendo dinero mientras buscan trabajo y comienzan una nueva vida.
La muerte del conductor del camión ha provocado llamados a más protestas contra los inmigrantes como las que han tenido lugar en Iquique y en otras partes del norte de Chile durante las últimas tres semanas.
El sábado entró en vigor una nueva ley de inmigración que, según el gobierno chileno, otorga a las autoridades más poderes para deportar a los extranjeros que tienen documentos falsos o que han evadido los controles migratorios.
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