El reasentamiento debe entenderse mejor como un evento y proceso político. Junto con la repatriación y la integración local, se considera una de las tres “soluciones duraderas” tradicionales para los refugiados, y el “éxito” generalmente se mide al proporcionar a los refugiados reasentados las herramientas que necesitan para lograr la “integración” en su nuevo “estado de acogida”. . ‘. Sin embargo, ¿qué tan bien entendemos el reasentamiento más allá de estas categorías impulsadas por políticas? No es ningún secreto que el reasentamiento es una herramienta inherentemente política a nivel nacional e internacional. Y con políticas de inmigración cada vez más estrictas en Occidente, la atención se ha centrado en los actores de reasentamiento emergentes, como los países de América Latina, para llenar los vacíos de protección. Aunque los estados esencialmente controlan a quién admiten, no son los únicos actores con distintos intereses (políticos) con respecto a su compromiso y participación en los procesos de reasentamiento. El retiro gradual de los estados del reasentamiento ha sido seguido por la creación de roles alternativos para la sociedad civil. Por ejemplo, las comunidades de inmigrantes (/refugiados) ayudan a otros miembros de este grupo a adaptarse a su nuevo país de acogida y se presentan esencialmente como recursos de integración comparables a cualquier ONG. En general, hay una falta de comprensión de lo que significa este ‘apoyo de reasentamiento co-nacional’ para los refugiados y sus comunidades, y qué significado (político) significa dicho apoyo. En 2008, 117 refugiados palestinos fueron reasentados en Chile desde Irak. Junto con la implementación “formal” del proyecto por parte del gobierno chileno, ACNUR y su ONG socia Vicaría, la comunidad palestina establecida desde hace mucho tiempo apoyó a sus “compatriotas” brindándoles recursos materiales y culturales. Centrarse únicamente en la relación de estas prácticas con la integración oscurecería el hecho de que esta participación también estaba muy politizada. En lugar de ver el compromiso de la comunidad “chileno-palestina” como estático y esencializado, este artículo profundiza en las motivaciones, preocupaciones y repercusiones políticas que han caracterizado su participación en el reasentamiento. Se enfoca en cómo el proyecto fue negociado, enmarcado y ejecutado a nivel macro y micro por varios actores dentro y en la periferia de la comunidad palestina en Chile. En conceptualisant les Chilio-Palestiniens comme une « diaspora », je soutiens que l’arrivée des réfugiés palestiniens a été un événement où différentes (re-)formulations de l’identité et de la politique (chilo-)palestiniennes ont occupé le devant de la escena. Al usar este proyecto como un estudio de caso y aplicar la teoría de la diáspora como marco, es posible dilucidar la política de reasentamiento e ir más allá de las meras consideraciones políticas y centradas en el estado.
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