SANTIAGO (Reuters) – El máximo funcionario policial de Chile detalló el jueves amplias reformas a una fuerza policial acosada por acusaciones de abusos a los derechos humanos que van desde torturas hasta violaciones durante el transcurso de casi dos meses de protestas en este país sudamericano.
Mario Rozas, director general de Carabineros de Chile, dijo que el servicio había iniciado investigaciones internas sobre 856 casos de presuntos abusos. Dijo que esperaba que se presentaran cargos en muchos de ellos.
Casi dos meses de protestas contra la desigualdad han sacudido a Chile, dejando al menos 26 muertos, miles de heridos y miles de millones de dólares en daños en el alguna vez estable país sudamericano.
Grupos internacionales de derechos humanos, incluidos Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han denunciado repetidas violaciones de derechos humanos durante las manifestaciones.
La Sociedad Chilena de Oftalmología dijo que más de 200 personas sufrieron traumatismos oculares graves durante las protestas, en su mayoría por balas de goma de la policía.
Rozas dijo que la policía está considerando crear un servicio especial dedicado exclusivamente a mantener el “orden público” durante futuras protestas y concentraciones, con énfasis en la protección de los derechos humanos.
La policía también planea revisar el uso de grandes camiones blindados llamados “guanacos”, que desde hace semanas rocían a los manifestantes con cañones de agua, así como vehículos llamados “zorrillos”, que lanzan gases lacrimógenos.
Una niña de 15 años fue alcanzada por un bote de gas lacrimógeno esta semana durante una protesta, lo que provocó una indignación generalizada en Santiago.
Sin embargo, las manifestaciones, los disturbios y los saqueos más violentos han disminuido drásticamente en los últimos días. Rozas dijo que 4,6 millones de personas participaron en 2.500 manifestaciones en todo el país durante más de 50 días.
Información de Dave Sherwood y Fabián Cambero; Edición de David Gregorio.
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