A su vez, el eminente intelectual de la “renovación socialista”, Eugenio Tironi, argumentó (¡como el virtual epígono de Adam Smith!) que “la sociedad de los individuos, donde la gente entiende que el interés colectivo no es más que el resultado de la maximización de intereses individuales, ya se ha plasmado en el comportamiento cotidiano de los chilenos de todas las clases sociales e ideologías. Nada de esto puede ser revertido en el corto plazo por ningún gobierno, líder o partido (…) Las transformaciones que tuvieron lugar en la sociedad chilena en los años 1990 no podrían explicarse sin las reformas liberales de los años 1970 y 1980 (…) Chile Algunas Hace décadas, el país aprendió que no podía seguir imitando un modelo económico que lo dejaba al margen de las tendencias globales. El cambio fue doloroso, pero inevitable. Quienes lo diseñaron y construyeron demostraron visión y liderazgo” (La irrupción de las masas y el malestar de las Elites. Chile en el cambio de siglo; Grijalbo, 1999; pp. 36, 60 y 162).
Naturalmente, la derecha recibió muchos más elogios por el giro copernicano de la Concertación. Así, tenemos las famosas “declaraciones de amor” que le hizo a Ricardo Lagos Hernán Somerville, entonces presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (ver La Segunda; 14-10-2005); o la descripción que hace el economista y empresario César Barros de Lagos como “el mejor presidente de derecha de todos los tiempos” (La Tercera; 3-11-2006); o las expresiones del político de la UDI, Herman Chadwick, según las cuales “el presidente Lagos nos ha devuelto el orgullo de ser chilenos” (ver El Mercurio; 21-3-2006); o los del empresario pinochetista Ricardo Claro, quien declaró en 2008 que “Lagos es el único político en Chile con visión internacional y es muy actual. No encuentro ningún otro en la derecha ni en la DC” (El Mercurio; 10-12-2008).
Y de manera más general, el eminente politólogo de la RN, Oscar Godoy, cuando se le preguntó si observaba la consternación de la derecha por “la capacidad de la Concertación para apropiarse del modelo económico”, respondió: ” Sí, y creo que eso debería ser así. motivo de gran alegría, porque esa es la satisfacción que obtiene un creyente al convertir a otros. Por eso tengo tantos amigos en la Concertación; en mi época éramos antagonistas y verlos ahora pensando como liberales, comprometidos con un proyecto de desarrollar una construcción económica liberal, me da una gran satisfacción” (La Nación; 16-4-2006).
Asimismo, a nivel internacional tenemos las declaraciones de Arnold Harberger, acólito de Milton Friedman en la famosa Escuela de Economía de la Universidad de Chicago. Luego de escuchar a Ricardo Lagos en un seminario en Colombia, señaló que “su discurso podría haberlo pronunciado un gran profesor de economía de la Universidad de Chicago. Es economista y explica las cosas con nuestras propias palabras. El hecho de que los partidos políticos de izquierda finalmente hayan adoptado las lecciones de la buena economía es una bendición para el mundo” (El País, España; 14-3 2007). Y de manera más general, cuando dijo que el objetivo de la Universidad de Chicago respecto a Chile “era traer buena ciencia económica” y “lo hemos logrado” gracias a los acuerdos con las universidades católica y chilena. Así, “creo que hubo una gran evolución de la política económica en Chile durante el período del gobierno militar, y una vez formado el equipo de Patricio Aylwin con Alejandro Foxley y otros, siguieron el mismo camino y continúa hasta el día de hoy. Por todo lo que sé (…).
Miramos los distintos partidos políticos de Chile, sus programas económicos, y difieren en milímetros, en centímetros, no en kilómetros” (El Mercurio; 19-12-2010).
La derecha económica también ha sido muy generosa con la gestión de la Concertación en términos concretos. Así, decenas de exparlamentarios y exministros, subsecretarios y superintendentes de sus gobiernos han llegado a ocupar juntas directivas o altos cargos directivos en empresas, bancos, AFP (fondos de pensiones), Isapres (salud), fundaciones y grandes medios de comunicación. grupos económicos. Y también han contribuido sustancialmente al financiamiento de las campañas electorales (a través de canales regulares e irregulares) de candidatos presidenciales y legislativos.
Y las expectativas de sustitución del modelo neoliberal que apareció con la “revuelta” o “explosión social” de octubre de 2019 fueron neutralizadas por los acuerdos maquiavélicos celebrados entre la derecha y la vieja Concertación (a la que se unieron el Frente Amplio y el PC, etc.) generar asambleas constituyentes sustitutas. Ya sea estipulando quórumes antidemocráticos de dos tercios; asegurar que la implementación legislativa de sus acuerdos sea resuelta en última instancia por el Congreso constituido; o, como sucede hoy, que el texto de una “nueva” Constitución sea redactado por “expertos” designados por el Congreso constituido, sobre bases definidas por éste, y que sólo pueda ser revisado por un “Consejo” elegido sólo por 50 miembros y por un quórum del 60% de ellos. Ciertamente esto no ha sucedido en ninguna otra sociedad supuestamente democrática del mundo.
Naturalmente, el objetivo político de todo esto es que el futuro del país -más allá de las acaloradas rencillas verbales entre gobierno y oposición, entre derecha e “izquierda”- siga siendo definido por el “bloque consensual” (ex concertación de derecha). ) y de manera que se mantenga esencialmente el mismo modelo de los “30 años”, de la posdictadura; un modelo ampliamente defendido en los últimos tiempos por sus artífices y –en particular– también, en cierta medida, por la “derecha” y la “izquierda”.
también, en cierta medida, por el Frente Amplio y por Gabriel Boric, que hasta hace poco lo había criticado fuertemente…
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