En 1980, Pinochet tenía un nuevo Constitución votó para concederle un mandato adicional. Pero la oposición política ha crecido y se han producido más protestas a nivel nacional. En 1988, el dictador perdió un plebiscito para otro mandato de ocho años. Se vio obligado a celebrar elecciones, que también perdió, y finalmente renunció al poder en 1990.
Ocho años después, Pinochet fue arrestado en Londres sobre la base de una orden de arresto internacional emitida por los tribunales españoles. Su escaño vitalicio en el Senado no le concedía la inmunidad parlamentaria que reclamaba. Durante 503 días permaneció bajo arresto domiciliario en Inglaterra, hasta que finalmente el Ministro del Interior británico decidió que su estado de salud no permitía ser juzgado. Él volvió a Chile en marzo de 2000 pero nunca enfrentó justicia. Murió en 2006 a la edad de 91 años.
Muchas víctimas de la dictadura tampoco han visto que se haga justicia, a pesar de los procesos iniciados por tortura. Y muchas familias de los desaparecidos siguen esperando saber la suerte de sus seres queridos. Durante décadas, la búsqueda fue realizada casi exclusivamente por familias y sólo se encontraron 307 cadáveres. Se desconoce la suerte de otras 1.162 personas.
“La justicia tardó demasiado”, dijo el Presidente Gabriel Boric cuando lanzó el Plan Nacional de Búsqueda de la Verdad y la Justicia, patrocinado por el Estado, el 30 de agosto. Esta iniciativa gubernamental, primera de su tipo en Chile, tiene como objetivo conocer qué pasó con las víctimas luego de su detención y desaparición.
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