SANTIAGO (Reuters) – La Corte Suprema de Chile solicitó el martes a Estados Unidos la extradición de tres exagentes que trabajaron para la dictadura militar de Augusto Pinochet entre 1973 y 1990 y son sospechosos de asesinar a un diplomático de Naciones Unidas hace 40 años.

En un veredicto unánime, el tribunal pidió a Estados Unidos la entrega del chileno Armando Fernández Larios, el estadounidense Michael Townley y el cubano Virgilio Paz.

Los tres son buscados en Chile por la detención, tortura y asesinato del ciudadano hispano-chileno Carmelo Soria el 14 de julio de 1976.

Según los tribunales, Soria fue detenido cuando regresaba de su oficina en Santiago a la sede latinoamericana de las Naciones Unidas. Fue llevado por la DINA, la temida policía secreta de Pinochet, a un centro de tortura en las afueras de la ciudad.

El cuerpo de Soria fue encontrado más tarde en su automóvil dañado en una zanja al borde de la carretera en un aparente intento de hacer pasar su muerte como un accidente por conducir ebria, dicen los investigadores.

Townley y Fernandez Larios están sirviendo actualmente en el Programa de Protección de Testigos de los Estados Unidos después de ayudar a investigar el asesinato de Orlando Letelier, un exiliado chileno de izquierda ejecutado por operativos de Pinochet en las calles de Washington, DC, en 1976.

Paz fue liberado de una prisión estadounidense en 2001 después de pasar una década tras las rejas por su papel en el asesinato de Letelier.

Entre 1973 y 1990, unas 3.200 personas fueron asesinadas y 28.000 torturadas por el Estado durante la dictadura de Pinochet.

Los juicios por crímenes contra los derechos humanos de la era de Pinochet han progresado a pasos agigantados en Chile desde el regreso a la democracia en 1990. Sin embargo, las estadísticas del Ministerio del Interior muestran que las investigaciones se han acelerado considerablemente en los últimos años, y los tribunales muestran una mayor disposición a revertir los abusos de la dictadura