Los chilenos invistieron este martes las ciudades de su país para conmemorar el tercer aniversario del inicio de la epidemia social ocurrido el 18 de octubre de 2019 e inició el proceso constituyente.
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Desde primeras horas de la mañana, por ejemplo, vecinos de barrios pobres de la ciudad de Renca bloquearon las calles con barricadas para exigir el derecho a una vivienda digna. En Valparaíso, la Federación de Trabajadores de la Minería (FETRAMIN) también bloqueó el acceso a una de las minas de la Empresa Nacional del Cobre de Chile (CODELCO).
Las autoridades informaron bloqueos de calles en áreas como San Ramón, Conchalí, Renca, La Florida y Santiago en la capital chilena, donde las principales instituciones educativas permanecieron cerradas.
“Tres años después de la revuelta, no hemos logrado nada. Seguimos sobreviviendo en la miseria y siendo explotados. Libertad inmediata e incondicional para los presos políticos”, gritaban los ciudadanos de la estación de metro République.
El tuit dice: “Memoria: Dos reportajes audiovisuales del New York Times sobre el estallido social del 18 de octubre: 1: Fuerzas de seguridad chilenas hieren a cientos. 2: Es caos: la policía chilena está cegando a los manifestantes.
En un intento por contener las nuevas protestas, la policía militarizada (Carabineros) agredió a ciudadanos que se encontraban cerca de la Plaza de la Dignidad, que se ha convertido en un ícono de las protestas chilenas contra el neoliberalismo.
En un discurso en respuesta a los hechos, el presidente chileno, Gabriel Boric, dijo que las protestas masivas de 2019 expresaron malestar de larga data y el deseo de una mayor justicia y el fin de los abusos.
“Demostraron así que ni el tamaño de la billetera ni el lugar de nacimiento eran condición para acceder a una vida segura, a una salud digna, a una educación de calidad y a pensiones que garanticen una jubilación digna después de un esfuerzo de toda la vida”, dijo.
“La epidemia no fue una revolución anticapitalista, pero tampoco fue una ola pura de delincuencia… Fue una expresión de los dolores y fracturas de nuestra sociedad que nuestra política no supo abordar, capaz de interpretar o dar respuestas”. añadió.
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