El presidente Gabriel Boric fue uno de los principales impulsores de la existencia de un proceso de reforma constitucional en Chile, ya que negoció la idea con su antecesor de derecha, Sebastián Piñera, para poner fin a las protestas masivas que sacudieron al país en 2019. y 2020.
La reescritura de una constitución que, a pesar de algunas reformas durante la era democrática, había sido concebida inicialmente por la dictadura de Augusto Pinochet de 1973 a 1990, tenía sentido como un nuevo comienzo, revisando el contrato social que los manifestantes cuestionaban.
La izquierda del país estaba entonces en una posición ascendente, ganando casi dos tercios de los escaños en la Asamblea Constitucional que redactaría el nuevo texto y eligiendo al propio Boric como próximo presidente en 2021.
Pero la luna de miel no duró mucho. Los votantes chilenos no quedaron convencidos por la propuesta de la Asamblea y rechazaron su plan el año pasado por una mayoría de 62 votos contra 38.
Esto llevó al lanzamiento de un segundo proceso de reforma, que comenzó con una nueva elección a principios de este año para elegir representantes que redactarían un nuevo texto. Pero esta vez fue la derecha la que dominó la votación, obteniendo una mayoría cualificada y cambiando la situación para abrir la puerta a una propuesta mucho más conservadora.
Las elecciones de septiembre de 2022 y mayo de 2023 fueron grandes derrotas para Boric, lo que se combinó con un mal comienzo de su administración, que no logró aprobar proyectos de ley clave como su propuesta de reforma fiscal y también se ha visto sumida en la corrupción…
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