El proyecto de protección de ballenas en Chile con una red acuática inteligente

EL Iniciativa Barco Azul instaló la primera boya inteligente en la región sudamericana en octubre de 2022. Será parte de una red de boyas sónicas para la protección de las ballenas en Chile, tratando de contrarrestar los factores de riesgo provocados por la actividad humana.

El dispositivo evita colisiones con ballenas enviando señales de alerta temprana a los barcos. El sistema también proporcionará datos sobre el calentamiento del clima oceánico a medida que los sensores monitorean la salud de los océanos. Además de ayudar a la conservación de estos mamíferos, contribuye a la lucha contra el cambio climático, ya que las ballenas juegan un papel clave en la absorción y almacenamiento de CO2.

El punto elegido para la primera boya fue el Golfo de Corcovado, un lugar esencial para la diversidad marina. Este golfo es un lugar rico en nutrientes con abundante comida para la vida marina, lo que lo convierte en un lugar privilegiado para la diversidad marina, incluidas las ballenas azules y las ballenas francas australes.

¿Por qué son tan importantes las ballenas?

El dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero de origen humano. Las ballenas pueden absorber más de 33 toneladas de CO2 durante su vida (un árbol solo absorbe hasta 48 libras de CO2 por año). Después de que mueren, el carbono que absorbieron no resurge, lo que puede ayudar con las iniciativas de cambio climático.

Según un estudio de 2019 La solución de la naturaleza al cambio climático, por el Fondo Monetario Internacional, hay aproximadamente 1,3 millones de ballenas vivas en el mundo. En el pasado, había alrededor de cuatro millones. Algunas de las principales amenazas para las ballenas incluyen la caza, la contaminación acústica, las colisiones con barcos y la contaminación plástica.

“Desafortunadamente, después de décadas de caza industrializada de ballenas, los biólogos estiman que las poblaciones mundiales de ballenas ahora son menos de una cuarta parte de lo que eran antes”, dice el informe. IMF ha dicho. “Algunas especies, como las ballenas azules, se han reducido a solo el 3% de su abundancia anterior. Por lo tanto, los beneficios de los servicios ecosistémicos de las ballenas para nosotros y para nuestra supervivencia son mucho menores de lo que podrían ser.

En los últimos años, muchos científicos han centrado su interés en el cambio climático. Aunque hay una serie de opciones de mitigación, los investigadores están explorando la capacidad de costillas para capturar carbono de la atmosfera

“¿Qué pasaría si hubiera una solución de baja tecnología para este problema que no solo fuera eficiente y económica, sino que también tuviera un modelo de financiamiento exitoso?”, dijo el FMI. “Un ejemplo de tal oportunidad proviene de una estrategia sorprendentemente simple y esencialmente ‘sin tecnología’ para capturar más carbono de la atmósfera: aumentar las poblaciones mundiales de ballenas”.

Aunque la actividad humana pone en riesgo a las ballenas, algunos países han tomado medidas para evitar que estos grandes mamíferos mueran en accidentes, sean capturados o comercializados. Estas iniciativas pueden contribuir tanto a la conservación de especies como a la mitigación del cambio climático.

¿Como funciona?

La iniciativa es gestionada por la Fundación MERI, el Ministerio del Medio Ambiente de Chile y el Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universidad Politécnica de Cataluña en España. La boya de Chile es la primera que colocaron; planean instalar cinco en el Golfo de Corcovado.

Funciona con dos paneles solares y la tecnología utilizada es LIDO (Listen to Deep Ocean Environment) desarrollada por el equipo del experto en bioacústica Michel André. El sistema LIDO permitirá el mapeo acústico en tiempo real del hábitat marino.

Las señales de las boyas serán recibidas por la Armada de Chile, que se encargará de alertar a los buques. Además de enviar señales de alerta sobre la presencia de ballenas, la boya está equipada con sensores oceanográficos e hidrófonos que pueden usarse para mapear sonidos y medir la salinidad, la temperatura, el oxígeno y los niveles de clorofila.

Los datos se utilizarán para estudios sobre variaciones oceánicas, biodiversidad marina y cambio climático. De esta forma, será posible conocer el impacto de la actividad humana y el carbono en el océano. El software LIDO monitorea las fuentes acústicas en tiempo real y utiliza inteligencia artificial para identificarlas.

Otras iniciativas para mantener a las ballenas a salvo

Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, a lo largo de los años se han emprendido diversas iniciativas para protegerlas. En Massachusetts, hay un red de boyas inteligentes quien detecta llamadas de ballenas. Con estos sistemas, también será posible recopilar datos sobre las condiciones del océano.

Sistemas similares han sido asentado en el Mediterráneo para la protección de las ballenas, que advierten a los barcos que cambien de dirección o estén atentos si hay una ballena cerca.

Muy alta resolución los satélites son otra nueva forma saber cuándo una ballena está varada en una playa, según un estudio de 2021. A medida que mejore la calidad de estos satélites, ayudarán a identificar con precisión si los puntos son ballenas varadas y monitorear estos espacios.

Imagen: Una ballena en el Estrecho de Magallanes, Chile por van delaney

Jaume Ballester

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