Puntos fuertes

Es evidente que para algunos niños y niñas la pandemia ha sido un ejemplo positivo al brindarles protección en sus hogares y la oportunidad de hacer cosas nuevas, acercarse a la familia y descubrir intereses; pero también (y en mayor medida) trajo aspectos nocivos por el aislamiento, que reforzaron los estados emocionales negativos que perjudicaban su salud mental en una etapa de la vida donde la socialización ocurre principalmente fuera del hogar y donde las interacciones con los pares cobran relevancia. . Palabras como miedo, ansiedad y depresión aparecieron en el diálogo al indagar sobre sus estados emocionales y las sensaciones vividas durante el confinamiento. Estas emociones todavía hoy tienen un impacto en su bienestar, aunque algunas pueden identificarse e interpretarse como consecuencia de lo que experimentaron.

Otro aspecto relevante, debido al cierre de escuelas, fueron las dificultades para comprender y aprender que traían consigo las clases en línea, que también dificultaban la interacción con sus docentes y la socialización con sus compañeros, lo que fortaleció las relaciones en los espacios virtuales y redes sociales. .

Las brechas sociales se han ampliado y los aspectos latentes de las violaciones de derechos se han vuelto ampliamente visibles. En las intervenciones observamos un conocimiento profundo de diferentes temas que afectan a la sociedad y preocupaciones más allá de la crisis sanitaria (economía, medio ambiente, situación laboral).