Mi Airbnb favorito: una casita de adobe en el corazón de Santa Fe

Los espacios eran amplios: había un camino de entrada donde podíamos estacionar nuestro auto alquilado (un tutorial recogido en el aeropuerto de Albuquerque), un patio delantero cerrado con una mesa de comedor y sillones, un patio lateral con más asientos, una sala de estar con chimenea, comedor y cocina completa, dos dormitorios King y dos baños completos. La capacidad que figura en Airbnb es de cinco personas, lo que sugiere que el sofá cama puede acomodar a una persona. No la abrimos porque las camas eran lo suficientemente grandes como para acomodar cómodamente a dos personas en una y tres en la otra (una ventaja que proviene de viajar con las mujeres con las que creciste y prefieres estar a dos pulgadas de distancia en todo momento) . La casa se adaptaría muy bien a un grupo de cuatro.

Esta casa de adobe está en un barrio lleno de ellos.

Cortesía de Airbnb

La propiedad es operada por una empresa de gestión de alquileres llamada Two Casitas. A veces me desanimo por esto; Estoy en Airbnb para alquilar de un anfitrión individual con el que puedo chatear, ¿verdad? Pero Two Casitas me hace reconsiderar esa posición. Tenían de todo, desde el check-in (enviado por SMS el día de la llegada) hasta recomendaciones de restaurantes pegadas en la nevera (una larga lista de ganadores incluyendo el imperdible En casa de tía Sofía y Sazón) en candado. La cocina también estaba equipada con elementos esenciales como café, azúcar, crema y utensilios básicos de cocina como aceite de oliva, e incluso pensaron en traer una botella de vino, junto con papas fritas y salsa local para nuestra llegada. Inmediatamente nos ocupamos de ello.

Aún mejor, hubo toques personales que me recordaron que estaba en la casa de alguien, como una increíble colección de libros de Nuevo México en el dormitorio principal con pequeñas etiquetas escritas a mano que etiquetaban secciones como “Historia de Nuevo México / Ensayos”. (Me encantaba leer historias aborígenes locales en un libro de bolsillo). Otra era una nota junto a la puerta principal que informaba a los invitados que a veces el gato del otro lado de la calle husmea en el patio delantero.

Joan Monedero

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