Muere Manuel Contreras, ex jefe de espías chileno, a los 86 años

Leyenda, El general Contreras fue condenado a 500 años de prisión por violaciones de derechos humanos.

Manuel Contreras, quien dirigió el servicio de inteligencia de Chile, Dina, durante el reinado de Augusto Pinochet en las décadas de 1970 y 1980, falleció a la edad de 86 años.

Decenas de personas se reunieron en el hospital militar de Santiago donde estaba siendo atendido para celebrar.

Cumplía una condena de más de 500 años de prisión por violaciones de derechos humanos.

Las familias de las víctimas dicen que Dina estuvo detrás de más de la mitad de los casos de asesinato, desapariciones y torturas bajo el gobierno de Pinochet.

Contreras fue uno de los principales arquitectos del Plan Cóndor, una campaña coordinada de represión política y asesinatos por parte de gobiernos militares en el cono sur de América del Sur.

Se cree que mató a decenas de miles de personas en toda la región.

Leyenda, Multitud reunida en el hospital militar donde estaba siendo atendido el exjefe de inteligencia
Leyenda, Muchos trajeron fotografías de algunas de las personas desaparecidas de la época.

El ex general padecía cáncer y fue ingresado en el hospital después de que su salud se deteriorara gravemente.

Uno de los que se reunieron frente al hospital dijo: “Estoy muy feliz, pero es una emoción contradictoria porque este asesino murió de enfermedad cuando debería haber sufrido mucho más, como sufrieron muchos compañeros”.

Un decreto presidencial de 2009 anunció que, tras su muerte, Contreras no recibiría ningún honor militar.

Los partidos de izquierda se preguntan por qué no fue privado de su rango de general durante su primera condena.

Pinochet tomó el poder en 1973 mediante un golpe militar que derrocó al gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende.

“Nunca pidió perdón”

“El sentimiento más importante fue que no sentí todo el odio o la ira que debería haber sentido. Tal vez sea porque sobreviví esa horrible experiencia y pude reconstruir mi vida y tener hijos.

“Pero me pongo en el lugar de tantas madres, hermanas y familias que, hasta hoy, [still] No sé dónde están sus familiares.

“Él nunca admitió lo que había hecho, nunca dijo ‘lo siento’.

“Murió – supongo – muy bien cuidado. Estoy seguro de que no estaba sufriendo un sufrimiento enorme… rodeado de personas que amaba o cuidaba, y en condiciones tan diferentes a las de los muertos que ‘él infligió’.

Joan Monedero

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