SANTIAGO (AP) — El presidente Gabriel Boric recibió el lunes el borrador oficial de un proyecto de constitución destinado a reemplazar la carta magna impuesta por una dictadura militar hace 41 años y marcar el comienzo de cambios fundamentales para Chile.
Los chilenos deben votar en un plebiscito en septiembre para adoptar la carta, que fue redactada por una convención constitucional elegida el año pasado.
“Este 4 de septiembre, una vez más será el pueblo quien tendrá la última palabra sobre su destino”, escribió Boric en Twitter.
En el primero de los artículos del proyecto, se describe a Chile como “un estado social y democrático” además de “plurinacional, intercultural y ecológico”. El documento reconoce la existencia de 11 grupos indígenas, que representan el 12,8% de los 19 millones de habitantes del país.
Entre otras cosas, el proyecto requeriría un nuevo sistema de salud pública y un proceso para devolver tierras a los pueblos indígenas. También establece nuevos derechos, incluido el derecho a una “vivienda adecuada y digna” ya la igualdad de remuneración por igual trabajo entre hombres y mujeres.
La gerente de convenciones María Elisa Quinteros presentó la propuesta, que incluye 388 artículos, a Boric en un acto oficial. Boric luego firmó un decreto fijando la fecha del plebiscito, en el que los chilenos deberán votar.
“Me siento honrado de liderar este momento histórico”, dijo Quinteros.
Más de las tres cuartas partes de los votantes chilenos en un referéndum de 2020 pidieron una nueva constitución, pero la ceremonia de entrega del proyecto de ley se produce en un momento en que la gente parece cada vez más escéptica sobre el trabajo de la convención.
Las encuestas a principios de este año indicaron que una clara mayoría tenía la intención de votar a favor de la nueva constitución, pero las encuestas desde abril han mostrado un cambio brusco de opinión, y los opositores al nuevo documento parecen llevar la delantera.
Los analistas dicen que la actitud arrogante de algunos delegados a la Convención Constituyente más que el contenido de la propuesta ha amargado a los chilenos.
Giorgio Jackson, ministro de la presidencia, aludió a esta circunstancia diciendo que “hemos visto una evaluación muy mala del proceso”.
Durante su discurso del lunes, Boric también instó a los chilenos a no ver el plebescito como una encuesta sobre su gobierno. La votación de septiembre “no es, ni debe ser, una evaluación del gobierno. Este es el debate sobre el futuro y el destino de Chile”, dijo.
Aunque Boric asumió el cargo hace menos de cuatro meses con un alto índice de aprobación, encuestas recientes han demostrado que los chilenos están cada vez más resentidos con su administración en medio de una creciente opinión pública, delincuencia y alta inflación.
La entrega del nuevo documento coincide con la disolución de la Convención Constituyente un año después de la fecha de su creación.
Si el proyecto es rechazado en el plebiscito, la constitución actual, redactada bajo la dictadura de Augusto Pinochet de 1973 a 1990, seguirá vigente aunque se acepte ampliamente que el país necesita una nueva carta.
Si el documento es aprobado por mayoría, se iniciará un proceso que tardará años en concretarse. Se espera que el Congreso apruebe nuevas leyes para implementar sus demandas.
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