Entre la afluencia actual de médicos extranjeros, la gran mayoría proviene de Venezuela, que se encuentra en medio de una grave crisis política y económica. La mayoría de los demás provienen de Ecuador, Colombia, Cuba y otros países latinoamericanos.

Vienen por varias razones: para escapar de las crisis en su país de origen, para construir una vida mejor para su familia o para obtener ingresos más altos que en su país de origen. En algunos casos, aceptan trabajos en zonas remotas del país que tienen dificultades para atraer médicos chilenos.

Sin embargo, muchos médicos extranjeros se quejan de un difícil camino para establecerse en Chile. Están particularmente descontentos con el requisito de aprobar una determinada prueba nacional antes de poder ejercer, a pesar de que muchos países latinoamericanos tienen acuerdos con Chile para el reconocimiento mutuo de calificaciones profesionales.

La prueba que deben aprobar, denominada Eunacom (Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina), es un examen teórico y práctico de medicina general que se administra a los recién graduados de las facultades de medicina chilenas y a los nuevos médicos extranjeros. El objetivo es garantizar que las personas con licencia para ejercer en el sistema de salud pública de Chile cumplan con los altos estándares de competencia del gobierno. Los médicos chilenos de larga trayectoria que han pasado la prueba una vez no necesitan volver a tomarla.

La prueba se administra dos veces al año, en julio y diciembre, y los resultados han mostrado diferencias consistentes entre los recién graduados chilenos y los médicos extranjeros. De los 2.393 candidatos que se presentaron a la prueba en diciembre de 2020, por ejemplo, 2.129 eran extranjeros y 264 chilenos. Los resultados fueron sorprendentes: el 96% de los chilenos aprobaron, en comparación con solo el 64% de los solicitantes extranjeros.

La Asociación Chilena de Médicos Extranjeros dice que la culpa es de la prueba en sí, no de los médicos. Eunacom es un examen general, apropiado para evaluar a los recién graduados en una amplia gama de temas médicos, pero no apropiado para quienes se graduaron hace años, dice el director ejecutivo Manuel Araneda. “Médicos experimentados que vienen a Chile se han especializado desde entonces”, dice.

Además, los médicos extranjeros se quejan de las pruebas adicionales administradas por empresas médicas especializadas a los solicitantes extranjeros. Citan la falta de transparencia y un conflicto de intereses, alegando que los especialistas médicos chilenos están tratando de prohibir a los competidores extranjeros.

Eunacom y las pruebas especializadas plantean tales obstáculos que muchos médicos extranjeros pasan años trabajando en trabajos informales mientras intentan establecerse en su campo.

Un ejemplo es Mijail Solomonoff, ortopedista venezolano y miembro de la Asociación de Médicos Venezolanos Andrés Bello, un grupo que apoya a médicos extranjeros en Chile. Pasó su primer año en Chile superando varios obstáculos mientras trabajaba como proveedor de atención domiciliaria. Su trabajo actual es en una clínica privada. Las clínicas del sector privado de Chile complementan la atención disponible a través del sistema de salud pública universal del país.

Solomonoff cree que los médicos extranjeros merecen una mejor bienvenida en Chile. “Somos profesionales cuya formación no le cuesta nada al Estado”, dice. “Chile debería aprovechar nuestros servicios. Si no lo hace, muchos de nosotros nos iremos a otro lado o buscaremos trabajos fuera del sistema público”.

Javier A. Cisterna Figueroa es un periodista chileno radicado en Concepción.

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