SANTIAGO (Reuters) – La Corte Suprema de Chile rechazó el lunes una solicitud de Estados Unidos para extraditar al empresario Carlos Cardoen, a quien acusa de exportar ilegalmente un mineral utilizado para fabricar bombas a Irak para fragmentarlo.
El tribunal dijo que había pasado demasiado tiempo desde que Cardoen, de 78 años, fue acusado por un tribunal estadounidense en 1993 de exportar circonio de Estados Unidos y vender bombas de racimo al expresidente iraquí Saddam Hussein entre 1982 y 1989.
Interpol emitió una orden de arresto internacional ese mismo año, pero Washington no solicitó a la Cancillería chilena hasta marzo pasado que arrestara a Cardoen para que pudiera ser juzgado en suelo estadounidense.
La decisión pone fin a una saga legal de casi 30 años que impidió que el magnate de los negocios Cardoen, una vez etiquetado como “mercader de la muerte” por los funcionarios de aduanas estadounidenses, saliera de Chile.
En cambio, se dedicó a administrar un hotel y museo y a hacer vino en la ciudad de Santa Cruz, 100 millas al sur de la capital, Santiago.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos acusó a Cardoen en 1993 de conspirar con una empresa estadounidense, Teledyne Industries, para violar los controles de exportación de zirconio, que utilizó para fabricar bombas de racimo utilizadas por el Ejército del Aire iraquí en su guerra con Irán.
Teledyne Industries se declaró culpable de los cargos y pagó una multa de $4 millones en 1995, según el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Cardoen alegó que las autoridades estadounidenses hicieron la vista gorda ante sus actividades comerciales cuando Saddam atacó a Irán, un oponente estadounidense. Le dijo al Wall Street Journal en 2011 que había sido “chivo expiatorio” después de la invasión de Kuwait por Irak, un aliado de los Estados Unidos.
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