La política en América Latina está en crisis, atrapada entre la derecha y la izquierda. Durante las elecciones presidenciales en Chile, la elección al poder de Gabriel Boric, el presidente más joven en la historia de la República de Chile (36 años), marcó el final de la tradicional alternancia de poder entre centro-derecha y centro-izquierda desde entonces. El retorno a la democracia en la década de 1990.
El proceso electoral que se llevó a cabo en Chile en diciembre de 2021 marcó una nueva etapa para la política chilena, ya que desde la introducción del voto voluntario en 2012, es la primera vez que vota el 55,5% del electorado. Incluso superó el plebiscito de 2020 que permitió la consecución del proceso constituyente, cuyo objetivo es la redacción de una nueva constitución, extinguiendo el último legado de la dictadura cívico-militar chilena. Hay al menos dos razones claras para esta alta participación: primero, la comunidad chilena exigió profundos cambios estructurales al sistema socioeconómico y político neoliberal instaurado en 1980 y cuyo descontento, debido a la extrema desigualdad, desencadenó el levantamiento popular de octubre de 2019. (Ranjan y Castillo 2020), desencadenando así el proceso de elección de la asamblea constituyente de 2020. Segundo, la victoria en la primera vuelta del candidato de extrema derecha1 sacudió a los chilenos de tal manera que los obligó, en cierta medida, a acudir a las urnas para evitar que el candidato de la derecha llegara al poder. Con más de 4,6 millones de votos, el actual presidente electo Gabriel Boric, quien pertenece al pacto “Apruebo Dignidad” (AD, Aprueba la Dignidad, formado por los partidos políticos: Revolución Democrática, Convergencia Social, Comunes, Partido Comunista de Chile, Federación Regionalista Verde Social y otras fuerzas políticas) asumirá como Jefe de Estado en marzo.
El actual presidente electo ha jugado un papel clave, junto a otros representantes del poder legislativo, en encontrar un mecanismo para salir de la crisis institucional que vive Chile desde octubre de 2019 por las protestas sociales. Esto se hizo a través de la firma del “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución” (Biblioteca del Congreso Nacional 2019). Posteriormente, por plebiscito popular, dio origen a la convención constituyente. Su participación política en la firma del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución marcó una crisis interna en su partido político Convergencia Social. Sin embargo, el tiempo le dio la razón, ya que la realización de un plebiscito nacional para cambiar la Constitución chilena (vigente desde 1980) era el mecanismo institucional óptimo para sofocar el descontento social y la crisis político-institucional en Chile. Este hecho demostró que Boric, gracias a su capacidad de diálogo, podía llegar a acuerdos transversales con todos los sectores políticos para mejorar la calidad de vida de los chilenos.
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