SANTIAGO, 5 mayo (Reuters) – Los chilenos votarán el domingo para elegir a 50 consejeros constitucionales, un paso importante hacia la reescritura de la Constitución, después de que los votantes rechazaran abrumadoramente un primer intento en un plebiscito en septiembre pasado para reemplazar la carta constitucional que data de la época de la dictadura. .
El llamado Consejo Constitucional que los votantes deben elegir trabajará a partir de junio en la nueva constitución, basándose en un borrador preliminar elaborado por una comisión de 24 expertos nombrados por el Congreso en marzo.
Pero algunos de los 15 millones de votantes elegibles se encogen de hombros cuando se les pregunta sobre la reforma después del intento fallido del año pasado de reescribir la constitución, que se remonta décadas a la época del dictador militar de derecha Augusto Pinochet.
“Estoy un poco cansado de la polarización”, dijo Paz Villafaña, de 31 años, que dirige una pequeña editorial. “Voté para aprobarla (en septiembre), quería una nueva constitución y deshacerme de la constitución de la dictadura, pero ahora no estoy realmente interesado en eso”.
Después de las elecciones del domingo, los votantes acudirán a las urnas en diciembre para aprobar o rechazar el documento propuesto, ampliamente visto como más moderado que la primera propuesta que habría sido una de las constituciones más progresistas del mundo.
“Si el primer proceso era muy incierto, éste es mucho más seguro… Es un proceso más supervisado, con órganos de control, expertos, abogados, funcionarios electos”, declaró el politólogo Kenneth Bunker. Destacó que las fuerzas políticas tradicionales ahora tienen más control sobre el proceso, a diferencia del primer intento fallido.
El reintento tiene un retraso más corto. Incluye también la comisión de expertos, un órgano técnico que actúa como árbitro y un número reducido de asambleístas, equivalente a un tercio de la disuelta asamblea constitucional cuyos electores rechazaron el proyecto en el plebiscito.
El primer proceso estuvo dominado por izquierdistas e independientes, mientras que éste está guiado por 12 principios institucionales aceptados por los legisladores.
El apoyo público al proceso renovado ha disminuido, después de que las protestas masivas que comenzaron a fines de 2019 y continuaron durante meses proporcionaron el impulso político necesario para lanzar una reescritura constitucional.
La pandemia de coronavirus, el aumento de la delincuencia, una economía en desaceleración y una inflación persistentemente alta son las principales preocupaciones de la mayoría de los chilenos.
El presidente Gabriel Boric, de 37 años, prometió ambiciosas reformas sociales y llegó al poder el año pasado en una ola de optimismo alimentada por las esperanzas de una nueva constitución progresista.
Pero el ex líder de la protesta estudiantil no ha estado tan involucrado en el impulso para una nueva reforma.
Nicholas Watson, de la consultora Teneo, dijo que estaban compitiendo tres bloques, cada uno de los cuales representaba diferentes alianzas partidistas para el Consejo Constitucional, además de dos partidos que competían bajo sus propias banderas para las votaciones del domingo.
Parece “probable que ningún bloque o partido obtenga suficientes escaños para liderar el proceso de forma independiente y sin compromisos”, dijo Watson.
Información de Natalia Ramos; Escrito por Anthony Espósito; editado por Grant McCool
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