Los bóricos de Chile luchan en medio del aumento del crimen violento

El presidente chileno, Gabriel Boric, está ansioso por convencer a los votantes de que se toma en serio la lucha contra el aumento de los delitos violentos, pero su administración está dividida sobre cómo abordarlo. Después de que tres policías fueran asesinados en 23 días desde mediados de marzo, Boric ahora enfrenta una reacción política violenta.

Como uno de los líderes izquierdistas de la ‘nueva marea rosa’ de América del Sur que ha llegado al poder en los últimos años, Boric, de 37 años, es admirado en el extranjero, ganando un portada de la revista tiempo el pasado mes de agosto que subrayó su popularidad en el extranjero. Pero más de un año después de su mandato de cuatro años, sus amplias reformas sociales y económicas han fracasado en su mayoría. Dos terceras partes de los chilenos desaprueban de su presidencia, y el 72% dice que el país rico en cobre está en el camino equivocado.

A principios de este año, Boric esperaba reafirmar sus credenciales progresistas con conmemoraciones de alto perfil del expresidente chileno Salvador Allende, el ícono socialista que fue derrocado en un golpe militar respaldado por EE.UU. hace 50 años. En cambio, su agenda nacional ha sido secuestrada por el crimen en espiral. Y Boric, un ex estudiante activista en deuda con los aliados de extrema izquierda en su alianza gobernante, carece de credibilidad para luchar contra él.

Alisa Garces

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